Antropólogo de la Universidad Nacional, Magíster en Análisis Político, y Relaciones ales

lunes, 14 de marzo de 2011

Sin importar quién sea el contralor, función de fiscalización debe ampliarse

Concejal Jaime Caicedo Turriago
Boletín de prensa

•    Fortalecer el control fiscal en cabeza de las contralorías, la vigilancia ciudadana y las veedurías sobre los recursos públicos, para acabar con el flagelo de la corrupción.

La derrota de la corrupción pasa necesariamente por la modificación total del sistema actual de contratación y por el fortalecimiento del control fiscal a través del mejoramiento de las contralorías y el ejercicio pleno de la veeduría ciudadana directa, dijo hoy el concejal Jaime Caicedo Turriago, a raíz de los procesos que se adelantan en el cabildo distrital para la elección de un nuevo contralor.


Caicedo señaló que “mientras el sistema de contratación estatal siga auspiciando el carrusel donde sólo unos pocos y grandes contratistas están en condiciones de acceder y respaldar los más importantes contratos de obras públicas no sólo en la capital de la República si no en todo el país, las condiciones creadas para la corrupción estarán garantizadas. “Hay que considerar que buena parte de tales contratistas tienen muy claros nexos con los sectores políticos tradicionales, lo cual les facilita el acceso a la información privilegiada y les abre la puerta al cabildeo que termina en la corrupción de funcionarios públicos y privados”.

En opinión de Caicedo Turriago, la única salida a la encrucijada actual es la democratización total de la contratación de obras públicas, abriendo el compás para que cooperativas de trabajadores y otras formas asociativas tengan la posibilidad de participar en las licitaciones en igualdad de condiciones y compartir la responsabilidad en la ejecución de las obras, quitando de raíz el peligroso privilegio que hoy está en manos exclusivas de grandes grupos económicos reales o de fachada.

Fiscalización democrática y ciudadana

Por otra parte, indicó que la función de fiscalización tiene que salir fortalecida de este trance vergonzoso de la vida pública colombiana. “Actualmente está cuestionada prácticamente toda la contratación estatal, así como las firmas privadas que de ella participan, pues los escándalos saltan como conejos en todas las ciudades y en el gobierno nacional”.

Por ello, dijo, “es indispensable que las contralorías se fortalezcan, cuidando que esta sea una atribución absolutamente estatal y comunitaria. Es inaudita una propuesta como la de Álvaro Uribe de privatizar esta función. Imaginemos sólo por un momento a personajes como los Nule y otros de su misma calaña ejerciendo el control fiscal a través de múltiples empresas privadas fabricadas para este fin. Eso no lo podemos permitir”.

Hizo eco de las propuestas presentadas por los trabajadores de la Contraloría Distrital, quienes defienden la implantación de mecanismos más transparentes y democráticos para estructurar los organismos de control, partiendo de la elección popular de contralores y personeros o su designación a través de mecanismos de concurso abierto y público.

Agregó que en su criterio, la normatividad de control fiscal debe ser reformada no sólo para permitir un mayor juego de la veeduría ciudadana, si no para conferir poder directo a las comunidades en la vigilancia de los recursos públicos. “Al fin y al cabo, la plata del Estado es la plata que todos aportamos; luego, todos tenemos el derecho de poner el ojo en su ejecución”, declaró el cabildante bogotano.

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