Antropólogo de la Universidad Nacional, Magíster en Análisis Político, y Relaciones ales

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Partidos Comunistas: Enfrentar la agresividad imperialista


Por Alberto Acevedo

Hay una ofensiva global contra los intereses de los trabajadores, que debe ser enfrentada con la acción de los pueblos. Los partidos comunistas deben liderar nuevos procesos de transformación social.


Con la presencia de delegaciones de 53 partidos comunistas y obreros de unos 45 países del mundo, incluyendo las de China, Rusia, Cuba, Vietnam y otras prestigiosas organizaciones del movimiento comunista internacional, en la ciudad de Guayaquil (Ecuador), el pasado 15 de noviembre, concluyeron las deliberaciones de tres días, del XVI Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros, en una cita anual que busca renovar una agenda de lucha para enfrentar la acción del imperialismo y estimular la lucha de los pueblos por su independencia nacional y soberanía.


Los comunistas colombianos estuvieron representados por Jaime Caycedo Turriago, su secretario general, quien aprovechó la ocasión para fortalecer contactos bilaterales con otras organizaciones hermanas y referirse al proceso de negociaciones de paz entre la insurgencia y el gobierno nacional, situación que despertó enorme interés entre los asistentes al evento y manifestaciones de solidaridad con el esfuerzo realizado por el pueblo colombiano para alcanzar una paz acompañada de reformas sociales avanzadas.


La reunión sesionó bajo el lema de “el papel de los partidos comunistas y obreros en la lucha contra el imperialismo y la explotación capitalista” y en los documentos preparatorios fue calificado como un espacio para el proceso de fortalecimiento y coordinación del movimiento comunista internacional, bajo los principios del internacionalismo proletario, reivindicando al marxismo-leninismo como fundamento teórico para la lucha por la construcción del socialismo.


En este sentido, la reunión de Guayaquil analizó los retos, tareas y desafíos de los comunistas, frente al incremento de la agresividad del imperialismo y sus manifestaciones más violentas. Estas se expresan en nuevas guerras, conflictos regionales, y el resurgimiento y desarrollo de corrientes neofascistas, que intentan levantar cabeza en Europa y América Latina.


Constató la ofensiva contra los trabajadores, reflejada en despidos masivos, cierre de empresas, ataque sistemático contra los salarios de los trabajadores, las pensiones, la seguridad social y una manifiesta erosión del sustento del pueblo.


Planes de acción


Las expresiones de la crisis han intensificado la competencia y rivalidad entre centros de poder imperialistas y ponen de presente sus limitaciones históricas y la necesidad de su derrocamiento por parte de las fuerzas revolucionarias. La reunión acordó planes de acción para enfrentar los factores causantes de la crisis capitalista y las guerras y detener el ascenso de fuerzas neofascistas y reaccionarias.


La situación particular que vive la sociedad colombiana, expectante frente al desarrollo de las conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, principal y más antigua organización guerrillera, constituyen un proceso que despertó enorme interés entre los asistentes a la conferencia internacional en el Ecuador.


En su intervención ante la reunión plenaria del evento, Jaime Caycedo se refirió en detalle a este proceso: “Colombia busca vencer, por fin, el ciclo del anticomunismo y la exclusión social y política, proclamado como forma y contenido de la organización de la sociedad y el Estado, que el imperialismo estadounidense estructuró para América Latina durante más de un tercio del siglo XX. Un orden contrainsurgente se impuso mediante la sangrienta provocación orquestada en la Novena Conferencia Panamericana, de abril de 1948, con el crimen de Jorge Eliécer Gaitán”.


Insumos para avanzar


“El gobierno de Santos -dijo Caycedo en otro momento de su intervención-, ha entablado diálogo con un movimiento guerrillero no vencido, que demuestra innegable capacidad política y propositiva. La mayor parte de la izquierda y los sectores democráticos votaron pública y abiertamente por la paz, en la segunda vuelta de las pasadas elecciones a la presidencia con una expresa exigencia de continuidad al diálogo y la solución política (…) La izquierda latinoamericana ha visto claro que la solución política en Colombia conviene a los procesos de cambio del continente”.


Al finalizar su intervención, el secretario general del Partido Comunista Colombiano puntualizó: “La tarea más importante de la hora es alcanzar esa paz ligada a un acuerdo democrático que rompa las amarras con la injusticia, la persecución política, la desigualdad, la miseria y la muerte. No es solo la finalización de la guerra. Son todas las garantías para que se cumpla lo pactado, para que los insurgentes puedan actuar en la vida ciudadana sin el temor frente a su integridad y su vida”.


“Un Frente Amplio por la paz, la democracia y la justicia social es parte esencial en la estructuración de la unidad del pueblo. A su vez, es necesaria la unidad de los revolucionarios. Hay que mantener abiertas las puertas y la comunicación, bilateral o multilateral, para explorar las coincidencias programáticas y los proyectos comunes. El más importante debe ser el proyecto democrático nacional de país que se propone para la Colombia democrática, en el contexto de la integración y la unidad latinoamericana y caribeña”.


“Todo lo que se haga para aproximar la acción común es un insumo útil para avanzar, ahora cuando las murallas estructurales que el orden contrainsurgente estableció para dividir al pueblo y aislar sus vertientes revolucionarias pueden desaparecer”.




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