Antropólogo de la Universidad Nacional, Magíster en Análisis Político, y Relaciones ales

viernes, 6 de noviembre de 2015

“Gran prensa: nuevos partidos políticos de la derecha”

Por Hernán Camacho
@camachohernan



Los resultados electorales y lo que viene para la izquierda y el país. La UP insiste en su llamado a la unidad


VOZ dialogó con el Secretario General del Partido Comunista, Jaime Caycedo, sobre los resultados electorales de la Unión Patriótica y el camino que se avecina, movilización social. Hizo fuertes críticas al tratamiento de la gran prensa contra la izquierda y advirtió que ese tipo de estrategias mediáticas se están preparando para un eventual escenario de paz en el que haga política la insurgencia.


–Hagamos un balance general de la contienda del pasado 25 de octubre.


–Las elecciones locales son una radiografía del país. La presencia de fuerzas y corrientes que representan el mercado electoral y el fraude propiciado por el sistema como la compra de votos o el escrutinio y una ofensiva fuerte de la derecha con poder empresarial y mediático desarrollaron una campaña contra la izquierda. Yo llamo la atención que la campaña mediática inició con el tratamiento dado a la crisis fronteriza. Desde lo ocurrido pudieron desarrollar una idea generalizada contra la unidad latinoamericana, contra la izquierda, contra los gobiernos progresistas o democráticos y por supuesto resaltaron las ideas y las voces más reaccionarias que se mantuvieron hasta las elecciones.


–VOZ tituló como matoneo a la izquierda haciendo un análisis mediático de las elecciones. ¿Cuál es su opinión?


–Sí, y lo vimos en Bogotá con mayor fuerza. Se inventaron un estereotipo señalando a la izquierda de no saber gobernar, con una mezcla de corrupción y amenaza terrorista, con un peligro en el significado de la paz, todo para boicotear la idea de paz y cambios en los que la izquierda es protagonista. No se puede esperar una paz con justicia social de la derecha colombiana. Es que los medios de comunicación, ligados a la gran prensa, lograron crear las condiciones para que la gente tuviera temor de dejar gobernar a una izquierda marcada en la paz. Hay una cruzada contra la opción de la izquierda en el poder. Pero tampoco queremos hacer una sola concesión a las actuaciones ligadas a la corrupción que se dieron en el pasado y los errores cometidos a nombre de la izquierda.


–¿En esta ocasión fue mayor el interés de la gran prensa para que ganaran ciertos candidatos?


–Le doy un ejemplo: los indicadores sociales de ciudades como Bogotá y Barranquilla son totalmente distintos. Mayor bienestar hay en Bogotá que en Barranquilla, mayor sentido de los derechos sociales en la capital del país que en la ciudad próxima a gobernar Alex Char. En Bogotá hay una visión social y de derechos, en Barranquilla hay una acumulación de capital fruto de la privatización de los servicios públicos. Sobre eso ningún medio de la gran prensa hizo señalamiento alguno. Los medios se han convertido en los nuevos partidos de la derecha. Ellos son capaces de encauzar toda una opinión en contra de la izquierda, en contra de la tolerancia, en contra de los derechos, incluso en contra de la paz con cambios.


–Vamos a los números. En Bogotá la UP obtuvo una votación que superó los cien mil votos. ¿Qué significa eso?


–La Unión Patriótica tenía como objetivo visibilizarse en el plano local, venciendo todas las dificultades del sistema electoral. Tuvimos candidatos en riesgo, candidatos presos, candidatos amenazados, candidatos a quienes les hicieron atentados violentos, candidaturas sin dinero, es decir, nada nuevo. Pero a pesar de todo tuvimos un discurso que mostraba la desigualdad del país, la imperiosa necesidad de la paz, un discurso que denuncia la corrupción, un discurso de protección del agua y las riquezas naturales, un discurso por un modelo público de salud para los colombianos y un modelo de educación en igual sentido. Todo eso permitió darle identidad a la UP. Se ganaron en muchas zonas del país con alianzas de izquierda.


–Esas amenazas tuvieron autores ya conocidos: el paramilitarismo.

–El gobierno sigue vinculando al paramilitarismo con otras fórmulas de delincuencia común y eso es equivocado. Nosotros nos referimos al fenómeno paramilitar como un aparato de contrainsurgencia que actúa de manera sistemática para eliminar y amenazar a activistas y dirigentes de la izquierda y sectores sociales y populares. Eso debe discutirse en La Habana pero también aquí. Esperamos la depuración de las estructuras de Estado que son criminales y fascistas.


–Pasemos al tema del Concejo. Se siguen buscando votos para la UP. ¿Qué pasó?

–No es lógico que la votación no alcanzara para ganar la curul en el Concejo de Bogotá. Es que era evidente el respaldo a la candidatura de Aída Avella y la lista de la UP. Tenemos que seguir peleando voto a voto como lo está haciendo el equipo valeroso de la UP en los escrutinios, porque no podemos permitir que se nos arrebate la posibilidad de tener una voz en el cabildo, capaz de denunciar todo lo que a la ciudad se le viene en manos de Enrique Peñalosa.


–Lo que viene. ¿La UP qué dice de la unidad?


–Lo que sigue para la UP es la oportunidad de empujar el vagón de la unidad en el marco del Frente Amplio en un contexto de coordinación de las distintas fuerzas populares para seguir dando la lucha por esos temas que expusimos en la campaña que acaba de pasar. El Frente Amplio no es un aparato más de coordinación para actividades por la paz. Necesitamos un frente amplio con capacidad política para desarrollar propuestas de gobierno alternativo y convertirse en una fuerza que jalone una agenda política y social.


–¿Pasadas las elecciones, cuál es la agenda del país?


–Viene el ambiente de movilización social. Las alzas de servicios públicos empezaron con las famosas generadoras de energía, que son multinacionales a las cuales se les subsidió una cuantía considerable para que pudieran prevenir el desabastecimiento de energía por causa del fenómeno del Niño, ahora resulta que hay que pagarles porque no tienen dinero. Ha colapsado el modelo de bolsas de energía, así como ha colapsado la privatización de la energía. Pero también se viene una reforma tributaria que será soportada por los trabajadores y trabajadoras del país. Una reforma tributaria que le hace un llamado al gobierno a hacer austeridad en la política social. A todo eso se le tiene que hacer frente con la unidad de los sectores de izquierda en la calle. Y por supuesto la paz.


–¿Cuál es ese trabajo por la paz?


–La Unión Patriótica está llamada a profundizar en la pedagogía de la paz sobre la base de la justicia y la verdad. Una pedagogía de paz que rebase la agenda para la terminación del conflicto y los puntos acordados. Es decir, una pedagogía de paz que llegue a plantear la profundización de la reforma agraria e integral que necesita el país, una pedagogía de paz que surta por fin una democracia incluyente que destierre de una vez por todas la concepción del enemigo interno y el anticomunismo como política pública de las fuerzas militares y el Estado; una pedagogía de paz que reforme estructuralmente el sistema electoral colombiano. La pedagogía de paz debe llegar incluso a que los colombianos tengan memoria sobre las causas del conflicto y los dramas del mismo. Una paz con memoria para no olvidar a quienes estuvieron buscando la paz y fueron víctimas del genocidio y una guerra sucia. Todo se debe conocer.


–¿El llamado es que toda la sociedad se movilice con fuerza por la paz?


–Viene la segunda asamblea nacional por la paz organizada por la Unión Sindical Obrera. Es muy importante que los obreros asuman la batalla por la paz con justicia social. Los obreros tienen la capacidad de enfrentarse al poder empresarial, quienes han señalado que quieren una paz sin el cambio en el modelo económico. La idea de una Asamblea Nacional Constituyente va de la mano con los cambios democráticos y una paz con cambios. Esperamos que el Congreso de la CUT vaya por el mismo sentido, es que hay que dialogar con el empresariado para que se comprometa con una paz cierta iniciativa que deben encabezar los trabajadores y trabajadoras de Colombia.


Semanario voz





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